Arq. Manuel Andrés Rubiano,
M,Sc. Estructuras Politécnico de Milán
“Oh Dios mío, oh Dios mío…porca putana …oh Dios mio” se escuchaba una voz aterrorizada viendo cómo a unos 200 metros un puente gigantesco de concreto se caía como si fuera de arena y con él se llevaba las vidas de 35 automovilistas que en ese momento lo cruzaban. Las imágenes del video de YouTube eran apocalípticas y parecían sacadas de una película de ciencia ficción, de esas donde vemos iconos arquitectónicos como el puente Golden Gate de San Francisco, o el Empire State de Nueva York explotar ante el ataque de fuerzas extranjeras o de alienígenas que nos invaden; la imagen del atentado terrorista de las torres gemelas llegó a mi mente, recordé cómo en ese momento creía imposible que los gigantes de concreto, acero y vidrio -que parecían haber sido construidos para durar por siempre- se derrumbaran en unos minutos ahí frente a mis ojos, frente a los ojos de todos. Con unos años más de experiencia y conocimiento me atreví a hacerme esta pregunta ¿Qué paso con el puente de Génova?
En uno de esos chats que tenemos con amigos que hace mucho no vemos, pregunté al Ingeniero Nicola Sollai -quien había sido compañero mío en la maestría de estructuras que realizamos en Italia- qué había pasado; él me preguntó si se hablaba del tema en Colombia y yo le dije que en algunos círculos académicos y obviamente en los noticieros donde pasaron las imágenes, él ya había empezado a tocar el tema en un foro de Facebook donde empecé a sacar muchas ideas que me ayudaron comprender lo que pasó y dan advertencias a lo que puede ocurrir con estructuras hechas con el mismo material acá en Colombia.
¿Quién lo diseño?
El viaducto fue diseñado por uno de los más reconocidos ingenieros italianos de los años 60´s Riccardo Morandi quien nació en Roma en 1902 y se gradúo de ingeniería civil en 1927 de la escuela de aplicación de ingenieros de Roma, fue docente de diseño de puentes en las universidades de Turín y Roma siendo pieza clave del racionalismo Italiano del siglo pasado.
¿Qué aporto Morandi?
Sus trabajos más reconocidos son los puentes y los aportes a estos pueden verse en sus diseños que fueron construidos en muchos países fuera de su natal Italia, entre ellos Colombia donde diseñó el puente Pumarejo en 1974. Construido por Cuellar Serrano Gomez y Lodigliani S.A. este emblemático puente cruza nuestro río Magdalena, siendo por muchos años el puente más largo y reconocido en Colombia; sin embargo desde sus construcción surgieron criticas ya que el gálibo es muy pequeño (la distancia que hay entre el mar y el tablero del puente) lo que hace que los barcos más grandes no puedan pasar.
Morandi experimentó con el hormigón armado y sus puentes se caracterizan por la poca cantidad de tensores que tienen para sostener el tablero, ya que pre-comprimía el concreto que rodeaba los tensores protegiéndolos también de la corrosión (especialmente en ambientes agresivos como el mar) lo que los hacia visualmente muy atractivos, y permitía además un ahorro de tiempo en su construcción; sin embargo algunos críticos ya de su época mencionaban que eran más costosos que puentes con longitudes similares, pero lo más grave, es la baja redundancia estructural de sus obras.
¿Qué es la redundancia estructural y cómo afecta el puente Morandi?
El significado de redundancia no -y repito no- es el mismo que en gramática, ya que ésta errónea y triste asociación se la escuché a un colega en una conferencia que afortunadamente ya olvidé. En gramática el término significa: añadir más palabras de las necesarias a una frase para enfatizar una idea, como por ejemplo “Bajar abajo”, “librería de libros” etc. esto por supuesto esta mal empleado y además de sonar ridículo es un atentado contra el idioma. Pues bien, según la explicación de mi colega este concepto podía ser llevado sin más ni más, a un sistema estructural y por lo tanto entre menos columnas o vigas existan en una edificación, seria mucho mejor. Craso error: en caso de que uno de los elementos falle otros elementos -si es que los hay- deben tomar su tarea antes de que la estructura colapse; es decir, si falla una columna, otra columna debe tomar su carga; si falla una viga otra viga, debe tomar su carga y esto no es posible si se reducen a un mínimo el número de elementos; una estructura sin redundancia es una estructura insegura.
Finalmente, la profecía de Nietzche “perecerás por tus virtudes”, parece haberse cumplido en el viaducto Morandi de Génova, me explico: uno de los mayores aportes de Morandi fue reducir el numero de tensores que soportan el tablero ganando así tiempo en su ensamblaje y expresividad tectónica, pero perdiendo la valiosa redundancia estructural y por lo tanto haciendo el puente más inseguro. Tal vez si el puente hubiese tenido más tensores, estos habrían tomado la carga de los tensores que fallaron y se hubiera ganado tiempo antes que el puente colapsara, pero al no existir estos el colapso fue de improviso, en segundos. Ésta también es la opinión del Ingeniero Sollai: “El puente diseñado por Morandi es una estructura isostática, si un elemento estructural importante falla no hay reservas de resistencia simplemente colapsa de improviso…” Es importante anotar que además de esta falta de Redundancia, Sollai también menciona temas como la corrosión, la diferencias entre las exigencias normativas entre los años en que fue diseñado el puente y las actuales, ademas de otras que requerirían bastante tinta y tiempo para ser explicadas a un publico no especializado.
Lo que pasó en Génova puede pasar en cualquier parte, no olvidemos los puentes que se han caído antes de su inauguración en Colombia, y mas que tapar el sol con un dedo o ser noticia de un día requieren reflexión y debate permanente.